Favoritismo no equivale a condición de favorito  (CRÓNICA)

Foto: ©Archivo Efe/Robert Ghement

¿Quién ganará la Copa Confederaciones?, ¿asistiremos a una final entre España y Brasil? Sin duda, todas las apuestas apuntan como favoritas a estas dos selecciones, exponentes del fútbol de combinación.

Tanto tocan el esférico los anfitriones brasileños que por pasar intentan pasar hasta la pelota de ser España la máxima candidata al título: «Neymar, el ídolo de la selección brasileña, reconoció este jueves el favoritismo de España en la Copa Confederaciones», señalan algunos medios sin suficiente rigor lingüístico.

La Roja, por su parte, gracias a los éxitos cosechados en las últimas citas continentales y mundiales, se muestra segura de sí misma y de su estilo de juego; no solo no se siente presionada, sino que asume con naturalidad su condición de favoritahasta el punto de golear anoche a Tahití por diez a cero sin recrearse en florituras, mostrando en todo momento el máximo respeto hacia su rival.

Esto de la condición de favorita es motivo de doble satisfacción: por un lado, alegra la boyante autoestima de la Roja, que en los últimos años se ha desquitado de décadas de frustraciones; por otro, complace el uso esmerado del idioma, expresando lo que se desea, en vez de plantar semillas insidiosas sin pretenderlo.

Y es que hablar de favoritismo, de acuerdo con el diccionario académico, supone una ‘preferencia dada al favor sobre el mérito o la equidad, especialmente cuando aquella es habitual o predominante’. ¿Sugería Neymar que España contaba con favores arbitrales? Probablemente no. Más bien, a buen seguro, quería tan solo reconocer la ventaja futbolística del equipo español.

Vicente del Bosque, que es hombre sabio, sí utiliza favoritismo con acierto: «No me mueve el favoritismo con Casillas», afirma, esto es, no lo elige como titular por preferencia arbitraria, sino por su trayectoria en el equipo nacional y por el estado de forma mostrado en los entrenamientos. En cuanto a las posibilidades de lograr el único título que le falta a este grupo de futbolistas ganadores, afirma de nuevo con acierto: «Nos colocan como favoritos y no lo ocultamos», es decir, acepta sanamente la primacía que le otorgan los rivales. Se la han ganado.

 

Una actualización del diccionario académico publicada con posterioridad a esta crónica ya incluye el sentido de ‘condición de favorito’.

También tenemos una recomendación sobre este asunto.

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