#puestaapunto. Una primera versión de esta recomendación se publicó el 10 de abril del 2015, que ha sido actualizada con las novedades del Diccionario de la lengua española en 2022.
La expresión crisis humanitaria es adecuada para aludir a las catástrofes de origen natural o humano que requieren la intervención de organizaciones humanitarias.
Este es el caso de ejemplos como «Ucrania, la crisis humanitaria “más grande” que la UE intenta paliar», «La otra cara de la crisis humanitaria en Ucrania: miles de niños, ante el peligro de la explotación y la trata» o «A los crímenes de guerra los ha seguido la catástrofe humanitaria, con centenares de miles de personas perdidas en el desierto sin víveres, sin agua, andando descalzos».
El adjetivo humanitario significa ‘que mira o se refiere al bien del género humano’, ‘benigno, caritativo, benéfico’, ‘que tiene como finalidad aliviar los efectos que causan la guerra u otras calamidades en las personas que las padecen’ y ‘que requiere de ayuda humanitaria’, por lo que es adecuado aplicarlo a un suceso que hay que lamentar. Este último sentido está asentado en el derecho internacional humanitario, se ha trasladado a la lengua general y es reconocido y validado por la Real Academia Española, como muestra en su cuenta de Twitter.
El diccionario combinatorio Redes, por su parte, señala que el vocablo humanitario se emplea con sustantivos que designan situaciones de dificultad, adversidad o infortunio, a menudo con resultados trágicos, como catástrofe, crisis, desastre y drama. De todas estas variantes, la preferida por los organismos internacionales es crisis humanitaria.
Se recuerda finalmente que es impropio emplear estas expresiones en situaciones de emergencia en las que no se dan las circunstancias descritas o como meros sinónimos de catástrofe terrible, enorme desastre, gran tragedia o drama humano, como en «La muerte de los 15 inmigrantes de la patera es el segundo desastre humanitario de este tipo en pocos días».