Superado el trauma de las almóndigas y el papichulo —si es que algo así se puede superar—, volvemos a enfundarnos el traje de buzo para repetir el ejercicio con objeto de maravillarnos una vez más ante la riqueza de nuestro idioma. Y nos encontramos con:
Motolito
En contra de lo que podías pensar, no es un motor pequeño en un taller mecánico chino. El idioma español es rico en insultos, y motolito puede ser una forma sutil de llamar «necio, bobalicón» a alguien. Claro que, si vives de motolito, es que eres más bien avispado, porque significa «mantenerse a expensas de otra persona».
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