Tres aspectos me llaman la atención en esta cita. El primero los marca esa jota entre comillas. Las letras tienen nombres como los tenemos cada uno de nosotros y como los tienen todos los seres y todas las cosas. El común prefiere no poner los nombres de las letras sino el símbolo.
Así; «Se escriben con c las palabras que terminan en…»; «… añaden una s para formar el plural…». Es como si al hablar de perros y gatos, por ejemplo, pintáramos los animalitos cada vez que los fuéramos a nombrar. Deben usarse entonces los nombres de las letras que para casos como el presentado lo tienen: «No hablan ni jota de español».
El uso del símbolo es permitido, en obras gramaticales, cuando se habla de la formación de palabras como en los ejemplos que mostré al principio. No se interprete lo que digo como una rectificación a lo anterior, pues lo que ahora explico es útil por simplificación de las reglas gramaticales, pero el uso de los nombres sigue siendo válido. En los casos nombrados se escribe la letra en bastardilla o, en su defecto, entre comillas.
[…]