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Algunas locuciones anglicadas necesitan más letras y golpes de voz que su alternativa en español
¿Así como se escribe primero de enero, se podrá también decir segundo de enero?
La oración «lo hago dentro de una hora» implica un plazo. Y «lo hago en una hora», también. Sin embargo, esos 60 minutos no terminan al mismo tiempo.
Nuestro resumen mensual de las tres recomendaciones más vistas.
El hombre necesita de las palabras para relacionarse consigo mismo y con sus semejantes. De pequeños, cuando los niños aún no están familiarizados con sus emociones, los padres les prestan una valiosa ayuda al enseñarles que el miedo no es tristeza, ni la rabia —por más que sus significados puedan aproximarse— es sinónimo de frustración.
Un mal uso de la lengua tiene malas consecuencias no solo sobre la lengua misma, sino sobre la comprensión de la realidad, que viene con la lengua.
La periodista peruana Esther Vargas, directora de http://www.clasesdeperiodismo.com/ y referente mundial del periodismo digital, ofrecerá la primera ponencia de la sexta edición del Congreso Internacional sobre redes sociales Comunica2.
Elena Hernández, responsable del Departamento de «Español al día» de la RAE y coordinadora del área de consulta de la Real Academia Española, habla de erratas, de nuevos soportes, de su departamento, de la lucha contra el inglés… en una entrevista para la revista Deleátur, de la Unión de Correctores (UniCo).
Diccionario informativo con algunos de los términos que han entrado en nuestra vida
Casi ninguna ha nacido ahora, pero quizás las hemos usado este año más que nunca: caloret, zasca, desconexión...
Han empezado las posadas, esas fiestas previas a la Navidad donde solemos romper piñatas. Como es natural, nos interesa mucho obtener una buena cantidad del contenido de las piñatas (anteriormente fruta, pero actualmente las rellenan de dulces o de pequeños juguetes).
Donald Trump, el aspirante republicano a las primarias a la Casa Blanca, tras explicar en su presentación que quería expulsar de Estados Unidos a cerca de once millones de inmigrantes sin papeles -su inmensa mayoría latinoamericanos-, explicó que Estados Unidos «tenía que apostar por el inglés».
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