La forma adecuada de llamar a las bicicletas que incorporan un motor, sea eléctrico o de gasolina, es bicicleta de motor, y no bicicleta a motor, donde el uso de la preposición a es inapropiado.
Se ha observado que en algunas informaciones aparece la expresión incorrecta bicicleta a motor, como en «El ciclista suizo Cancellara habló de la polémica sobre sus victorias con una bicicleta a motor en el Tour de Francia» o «En marcha otro plan de ayudas económicas para la compra de bicicletas a motor».
En español se usa generalmente la preposición de para expresar el medio por el que funciona un objeto, y el empleo de la preposición a es un calco del francés que también da lugar a otras expresiones erróneas, como barco a vela, estufa a gas o linterna a pilas.
Por tanto, en los ejemplos anteriores habría sido más adecuado escribir: «El ciclista suizo Cancellara habló de la polémica sobre sus victorias con una bicicleta de motor en el Tour de Francia» y «En marcha otro plan de ayudas económicas para la compra de bicicletas de motor».