Existen varias alternativas, dependiendo del contexto.
Un coach, según el diccionario Webster, es tanto un ‘profesor privado’ como ‘alguien que instruye o entrena, especialmente los fundamentos de un deporte, encargado de la estrategia de su equipo’. Pero la palabra ha ido adquiriendo significados nuevos para denominar a un profesional que, contratado por un cliente, actúa de forma indistinta como su entrenador, preparador, mentor o asesor, según el momento del proceso, para desarrollar el potencial del cliente y alcanzar unos objetivos concretos, ya sean personales, económicos o actitudinales, como estar en forma, generarse ingresos pasivos o mostrar más iniciativa o capacidad de dirigir.
En español no existe una sola alternativa que tenga todas estas aplicaciones, por lo que, según el contexto, se puede hablar de guía nutricional o empresarial, de orientadora o asesora experta en liderazgo o mentor de un artista novel. Por supuesto, cuando se trata del entrenador de un equipo de fútbol o de un preparador físico, son estos los términos que hay que usar y no coach.
Si se opta por la forma inglesa, hay que recordar que lo apropiado es escribirla en cursiva o, si no se dispone de este tipo de letra, entre comillas: coach o «coach».